sábado, 22 de enero de 2011

El primer día del resto de tu vida

Estrenar mountain bike es siempre emocionante. Tu primera salida con tu nueva bici es también una especie de experimento. Quieres conocerla, quieres caerle bien, quieres llevarla a sitios bonitos, quieres que lo "vuestro" sea intenso, salvaje, duradero... Estás impaciente por salir con ella, quieres seducirla, sacarla por ahí, enseñarle lugares lindos, quieres vivir una relación apasionada, inagotable, infinita...

Para empezar, lo mejor que puedes hacer es ir a probarla por los caminos y sendas de siempre, los que conoces bien, que tengan sus cosillas, pero que tampoco sean los más difíciles de tu repertorio, pues a veces el primer día la comunión bici-ciclista no es total. A veces esa relación de simbiosis tarda un par de salidas en empezar a cuajar.

Hoy hemos salido por Collserola con las nuevas Trek Fuel EX 8, las que usaremos durante 2011 para hacer los reportajes de rutas en Solo Bici (y evidentemente también para nuestras excursiones "privadas").

Hemos empezado subiendo por donde siempre, entusiasmados, curiosos, observantes, más pendientes de la bici que de costumbre, acoplándonos a la nueva geometría, acabando de ajustar alturas, recalculando presiones... De esta manera hemos cubierto una primera docena de kilómetros, siempre por caminos entretenidos, tanteando, comentando, dejándonos deslizar por sendas que serpentean entre encinares tupidos, dejándonos caer por torrenteras empedradas cubiertas de verdín, atravesando enmarañados laberintos de raíces... Siempre con suavidad, como un calmado practicante de Tai Chi, asumiendo metro a metro que esta bici es distinta, que flotas, que los obstáculos adquieren una escala diferente, que te trata con tacto, que acolcha, que te envuelve... y entonces, de repente, hemos empezado a ser conscientes de las ventajas de montar una bici así.

A la hora de regresar, la curiosidad nos ha tentado una vez más. El proceso de simbiosis ya había comenzado y queríamos saber cómo subíamos por tramos técnicos y escalonados, no extremadamente difíciles, pero sí bastante inclinados. Para ello no hay nada mejor que ir a un camino trialero que hacemos a menudo con tal de probar, probar y probar. A ver qué pasaba. Éste es el resultado en imágenes:


La rampa en cuestión, antes de bajar. Observación. Condiciones ideales: seca, verdín inapreciable. Primera bajada: sin problemas. El sistema de suspensiones suaviza el terreno. Permite equivocarse. Ir por aquí o por allá. Tanto da.


Primera tentativa de subida. Resultado: éxito completo, cero pies. En posteriores intentos comprobamos que se puede ir más lento que con la rígida, por la izquierda, por la derecha, por el centro... Conclusión: con esta bici es más fácil.


Tras la primera cita, inmejorables sensaciones. Lo hemos pasado muy bien. Sí... La cosa va bien. Mañana más. Hemos vuelto a quedar ;-)