viernes, 11 de abril de 2014

Nueva ruta Transpirenaica en BTT

En los últimos 22 años, el Pirineo ha cambiado. El mountain bike ha cambiado. Nosotros hemos cambiado.

Desde que se publicara la mítica primera edición de La travessia del Pirineus amb BTT (sic), de Jordi Laparra y Alfons Valls –obra de culto cuyos ejemplares se cotizan en los mercados de "incunables" de los cinco continentes–, que fue coeditada por Edicions Pleniluni y Prames en 1992, he tenido la gran suerte de disfrutar del Pirineo y la bicicleta yendo de mar a mar en varias ocasiones: en bici de montaña (1992), en bici de carretera (1994), empujando la bici (2011), con la Transpyr (2013)… ¡¡¡Y las que están por llegar!!!

Antes de ayer, ayer y mañana de la Transpirenaica en BTT.

Siempre he disfrutado de esta cordillera que no es de nadie, sino más bien nosotros de ella. Y por muchos viajes y rutas que haya hecho por ella, siempre quiero volver, porque de algún modo, es como volver a casa, a aquellos maravillosos recuerdos que guardamos de nuestros viajes, nuestras aventuras, nuestros pequeños tesoros inmateriales.

NUEVA GUÍA, NUEVA RUTA

Ayer se presentó en Probike la nueva guía de la GTPC Gran Travessa del Pirineu Català, la primera parte de una nueva ruta Transpirenaica que nos llega de puño y letra del mismo Jordi Laparra y de Lluís Garcia, editada por la Editorial Alpina.

Jordi y Lluís nos presentaron un VIAJE –con mayúsculas– entre Cadaqués y Vielha, de 600 km y 16.000 m+, con 28 collados, dividido en 7 o 8 etapas. Nos hablaron de viajar ligeros, disfrutando del mountain bike, de acometer grandes ascensiones, de dormir en alojamientos seleccionados en pequeños pueblos... Insistieron en que esta nueva ruta describe "un itinerario más elevado, más de montaña, más cercano al eje axial de la cordillera". Y la compararon con la clásica ruta Transpirenaica, la que tantos de nosotros hemos disfrutado a lo largo de estos años, la que él mismo aportó hace más de dos décadas.


Al hojear el nuevo libro, que contiene rutómetros, fotografías, descripciones de las etapas y toda la información práctica sobre alojamientos, servicios, etc., a uno le entran unas irrefrenables ganas de convencer a los amigos para bloquear la agenda durante 8 días, hacer el petate –minipetate, eso sí– y echar a pedalear Pirineo arriba, Pirineo abajo.